domingo, 9 de febrero de 2020

En el parque 3



Y eso hice. Máxime cuando recibí el jaleo de su mano hurgando entre su cuerpo y el mío, buscando desesperada mi sexo para palparlo por encima de mi pantalón.

La presión de sus dedos encima de mi verga enervada por la sangre que invadía mis capilares sexuales me hizo enloquecer, y estirar mi cuello al máximo para alcanzar su boca.

Ella giró todo lo posible su cabeza y compartimos lametones, suspiros, jadeos y cruces de lenguas ardientes.

Los dedos de mi mano izquierda recabaron sobre su pezón erecto, presionándolo con ahínco, para arrancarle un gemido profundo, mezcla de dolor y placer, mientras sus compañeros de mi mano derecha estaban ya en lo más profundo de su sexo, masajeando sus adentros, en un desbordado vaivén. Empapándose con sus fluidos, para recorrer la superficie de su clítoris hinchado con la yema mojada de sus propios efluvios, y ponerlo aún más excitado.



Todo un espectáculo pasional que consiguió arrancarle un corto, pero intenso orgasmo.
El mío, el mío llegaría de vuelta al coche, cuando, mientras me dirigía de nuevo al lugar del encuentro, para dejarla junto a su vehículo, ella, con inusitada destreza, me bajó la cremallera para extraer mi sexo, y lo rodeó con sus dedos para someterlo a un desenfrenado vaivén

Y mientras me miraba con ese fuego que desprendían sus pupilas me advirtió con su voz dulce y envolvente:

-Avísame cuando vayas a correrte,  pero tú no dejes de conducir…

Apenas pude balbucear unas palabras cuando me sentí llegar, mientras me agarraba con fuerza al volante:

-Me voy, me acabo…

Justo a tiempo para que ese papel, cuidadosamente sostenido por sus dedos recibiera todo el fruto del volcán de mi cuerpo.

Cuando nos despedimos, con un corto beso, sus palabras a modo de pregunta regaron mis tímpanos con un chorro de miel:

-¿Volveremos a vernos?

-Claro- respondí –muy pronto, nos queda tanto por hacer..



La contemplé detenidamente mientras se dirigía hacia su coche y se metía en él.

La verdad es que era muy sensual andando, y me había gustado mucho, mucho…

Y creo, no, afirmo, que yo a ella también…